lunes, 10 de junio de 2013

El hombre que plantaba árboles

El hombre que plantaba árboles es un relato de Jean Giono que cuenta la historia de un pastor que convierte un desolado valle de los Alpes, cerca de Provenza (Francia), en un bosque en la primera mitad del siglo XX. 
¿Cómo lo hace? Pues plantando árboles allí donde apenas crecía hierba. Una pequeña acción de un hombre anónimo convierte un pobre región en un próspero lugar. Puedes leer cómo lo hizo en el cuento de Jean Giono y también verlo en el cortometraje que pone imágenes a esta historia. 



Si te ha interesado esta historia puedes escuchar este programa de El Bosque Animado de RNE o visitar el blog Biblioabrazo y quizá hacer algunos trabajos manuales con las hojas de los árboles.

Para trabajar en clase o después de ver el corto: relato de Jean Giono con preguntas de comprensión.

lunes, 3 de junio de 2013

Un cuento a varias manos: Un salto gigante

 El otro día nos juntamos en 1º F para despedir a Ney. Comimos buñuelos y luego vimos el corto de animación One Giant Leap (UW Animation Capstone 2006-2007's Final Project). Entre todos le pusimos palabras en este cuento. Así es como quedó:

(En los comentarios podéis escribir la moraleja.)

Un salto gigante
Había una vez una rana, a la que llamaban Agustín, que tenía miedo a saltar. Sus amigos se reían de Agustín debido al  pavor que tenía a las alturas.
En el mismo bosque vivía una ardilla muy hermosa que se llamaba Julieta. A Julieta le gustaba pasear por el bosque.
Una mañana, Julieta, cuando paseaba por el bosque, se encontró una mariquita que utilizó para adornarse el pelo. Así pasaba Julieta sus mañanas, pero eso día algo inesperado sucedió. 
Cuando estaba a punto de volver a casa, se topó con la serpiente, Snake, la espantosa, que la empezó a perseguir por todo el bosque. Julieta, para refugiarse, se subió a un árbol. Ya creía que se había salvado, miró cautelosamente, y de pronto, apareció la serpiente por detrás de ella. 
Julieta no tenía escapatoria, gritó y gritó…
Agustín, que estaba cerca de allí, oyó los gritos de Julieta, y corrió hacia allá. Se llenó de valor y saltó para salvar a Julieta. 
Empezó una dura lucha entre la serpiente y Agustín. Saltaba de rama en rama Agustín, para escapar de la serpiente, ya casi iba a atraparle, cuando de repente se tropezó con una hoja. La serpiente abría la boca y ya casi le iba a comer, cuando Agustín cogió la rama con la que había saltado al árbol y se la puso en la boca a la serpiente impidiendo que le mordiera. 
Así la serpiente huyó dolorida.
 FIN